jueves, 17 de abril de 2014

CARTA ABIERTA AL SR. ALCALDE


CARTA ABIERTA AL SR. ALCALDE.       13 de abril de 2014.
Lo del ‘Jardín Renacentista’ se apoya en fundamentos erróneos.

En primer lugar, querido Sr. Alcalde, querría referirme, en estas líneas, a la denominación debida en la actualidad al Palacio de don Diego González de Castejón y Vinuesa (1554-1620). Hay denominaciones y expresiones que se dan, y no están al nivel de un conocedor de esta parte de historia agredana . Y, al menos, los que están al servicio oficial de la cultura local en el Ayuntamiento -y por pedagogía-, han de evitar expresiones en programas, anuncios, papeles, carteles, que hieren la sensibilidad de los forasteros y visitantes, porque es verdad que hay expresiones que extrañan y llaman la atención, al oírnoslas.
Y esto mismo vale para algunos otros errores mantenidos, en fechas, estilos y otras características, en indicadores de calle, piezas importantes de museos, escritos que repiten esos mismos errores, sin ruborizarse sus autores, y hasta en algunas explicaciones risibles -o poco serias- dadas en visitas organizadas; pero, contra algunos de esos errores mantenidos, nos declararemos en otros escritos… Esos errores, cosas chuscas y su mantenimiento, no honra a los ciudadanos habitantes de esta noble Villa, que debe demostrar ante los visitantes, que aquí conocemos bien nuestra propia historia.
La expresión «el palacio de los Castejones» no es correcta lingüísticamente; y tampoco es exacta históricamente. La expresión «el palacio de los Castejón», podría resultar correcta gramaticalmente; pero, en este caso, seguiría no siendo exacta históricamente, por genérica.
La expresión correcta y exacta es «palacio de don Diego de Castejón», o «de don Diego González de Castejón», que es quien lo mandó construir hacia 1602. Y, en la actualidad, como, por desgracia, es casi el único palacio existente en la Villa, cabe denominarlo, simplemente, con la expresión de «EL PALACIO», ‘a secas’ y ‘sin más complicaciones’. Esto sería lo correcto. Nos entendemos todos con ello. Y, además, es la verdad.
[De las varias ramas  de los Castejón agredeños, han existido varios palacios en la Villa, en varios lugares diferentes, ubicados sobre todo en El Castejón. Y éste de don Diego.es un palacio particular, perteneciente a una rama sola de los Castejón -no a otras ramas Castejón- No pertenece, pues, a los Castejón en general, sino a una rama sola de los Castejón. No puede decirse, pues: ‘Palacio de los Castejones’, ni ‘Palacio de los Castejón’].

2º. El año 2004, -dos años más tarde de la inauguración del ‘Jardín Renacentista’ del Palacio-, escribí una «Historia de Ágreda», en la que denunciaba los graves errores y confusiones, que, al parecer, se recogen en las explicaciones que da la arquitecto paisajista Ana Luengo Añón, en el Programa de Fiestas de 2003; y que luego se publican, por parte de la Diputación Provincial (2003), nº 14, de Monografías Universitarias, -“Jardines Históricos”-, pág. 93, con una introducción de Carlos de la Casa. Nuestra opinión y nuestro discurso sobre lo que queremos decir aquí, se contiene en este libro nuestro, tras el interrogante que planteamos en la pág. 462: ¿«Hubo en el Palacio un jardín renacentista»?
Estamos ya, Sr. Alcalde, en 2014. Desde entonces, han pasado diez años, y no he visto, ni oído, ninguna reacción, ni cambio, ante las afirmaciones que allí vertimos (cap. XIX y XII), que rebaten el fundamento y punto de partida, las hipótesis y entramado que allí se construyen. No sé si estoy en lo cierto, o estoy equivocado. Nadie, con competencia, se ha molestado, Sr. Alcalde, en defender o contradecir las afirmaciones que mantenemos en nuestro libro, acerca del Palacio y su jardín. Y se ha admitido, sin más, -sin crítica alguna de nadie-, todo lo escrito y realizado en él por la arquitecto. Nadie ha puesto en tela de juicio sus asertos y realizaciones.
¿Es que no tiene a nadie, Sr. Alcalde, en el Ayuntamiento, que le informe sobre lo que se dice, o se escribe –bueno o malo, de valor o no-, sobre las cosas de Ágreda? ¿No le enteraron, a su tiempo, por ejemplo, de la poco oportuna novela, y que beneficia menos todavía a la Venerable, del escritor Javier Sierra?
En 2004, entregué a ese Ayuntamiento un ejemplar de mi «Historia de Ágreda», dedicada, el 7 de diciembre de 2004. Y, a este propósito, quiero contarle una anécdota de 1677, de aquel Ayuntamiento de nuestro pueblo: El Dr. García, médico famoso agredeño, catedrático en la Universidad de Valencia, escribió en latín –como era costumbre entonces-, un libro de medicina, titulado «Disputationes Medicinae Selectae». [Que, por cierto, ha debido de desaparecer el libro del Ayuntamiento]. Y, en un acta de 12 de agosto de 1677, consta el agradecimiento del Ayuntamiento de entonces de Ágreda, al autor (Libro Actas 1674-1682, fol. 92).
Pero a mí, hasta la fecha de hoy -año 2014, diez años más tarde-, no se me ha mostrado ningún gesto de agradecimiento, parecido al del Ayuntamiento de 1677, por haber recibido el obsequio de esa ‘Historia de la Villa’ -la única existente en la actualidad-, y que creo que es algo importante para un pueblo.
En 2005, el Ayuntamiento de entonces edita el libro, «Ágreda». Y, aunque el autor me cita a mí entre sus fuentes -lo que le agradezco-, como historiador, entre otras cosas y fallos que le he encontrado, ha pasado por encima, sin querer adentrarse e implicarse en lo del problema fundamental pendiente del Palacio, que es el que estamos presentando aquí. No ha querido arriesgarse, ni ha querido saber nada de este problema. No ha querido leer, ni interesarse por mi oposición y crítica al tinglado artificial, montado y fundado en el aire, a propósito de lo del ‘jardín’ de este Palacio, por los errores de que se parte en su estudio. Y, claro, se limita a secundar las novedades facilonas y novedosísimas del momento, sin advertir esos errores históricos y de localización en que se fundamenta. Y tuvo, además, la suerte de que Carlos de la Casa, como cronista oficial que parece que es de la Villa, le hiciera a él -no a mi «Historia de Ágreda», ni a otros libros míos-, una reseña de su libro, favorable a las últimas novedades del Palacio. Parece que nadie quiere mojarse sobre la problemática que planteo. Todos evitan hablar; pero no hay más remedio que decidirse y arreglar las cosas conforme a lo que reclama la auténtica verdad de la historia de Ágreda.
Por otra parte, el 27 de diciembre de 2005, requería yo al Ayuntamiento de entonces, que, sin demora, me informase, si, esa publicación anterior -«Ágreda»-, se había realizado con ‘concurso público’ o no, como parece es obligatorio a todo Ayuntamiento. A día de hoy, 13 de abril de 2014, -nueve años más tarde-, no he recibido todavía respuesta alguna del Ayuntamiento. ¿Por qué será? Y ¿por qué recibo yo, en alguna ocasión, trato poco atento y amable en el Ayuntamiento? Puedo dar fe de ello.
Sigo, pues, preguntando a aquellas mismas personas a quienes correspondía contestar entonces: ¿Hubo ‘concurso público’ o no, como parece ser obligación? ¿Fue a dedo? ¿Por qué no se me contestó a su tiempo a mi escrito? ¿Qué méritos tiene que tener un hijo del pueblo -ya sabe usted, Sr. Alcalde, aquello de que “la gaita del pueblo no suena bien”-, para poder lograr lo que consiguen otros sólo por el mero hecho de ser forasteros, caer en gracia, o ser designado a dedo?
[En 2002, en el Centenario de la Venerable, ocurrió algo parecido también con Ricardo Fernández Gracia y sus libros. La facilidad que encontró él para editar sus libros, no la tuvimos nosotros con «Las Sabatinas»].Y ya, Sr. Alcalde, ¿no se pueden pedir responsabilidades a los que tiraron mi petición a la papelera? ¡Cuántos abusos, Dios mío, frustraciones y desengaños, pretericiones han sufrido ‘los humildes ciudadanos y la pobre gente sencilla de los pueblos’; y aquellas sus desilusiones han quedado enterradas y olvidadas, para siempre, en tantas oficinas municipales! ¡Lo lamentamos, tremendamente, Sr. Alcalde!
Asimismo, en 2002, la Diputación tenía previsto publicar «Las Sabatinas» de la Venerable, como único libro anunciado, fruto del Centenario agredista; pero, justamente, fue éste el único libro que no se publicó, e, incluso se prohibió su publicación, sin poder hacerlo, pues naturalmente ello estaba fuera de su incumbencia. Pero allí había otras razones oscuras: digámoslo claro, allí había razones políticas, dejándose además llevar algunos del Comité del Centenario por su amor propio exacerbado e inquina contra mi persona. Hubiera sido otro su comportamiento, si no hubiera sido yo el autor de la edición.
Pero otros libros no anunciados, se publicaron todos puntualmente. [Algunas personas de Ágreda y de la Diputación -había seglares y eclesiásticos en el Comité del Centenario- sí podrían aclararnos bien las cosas de ‘haberse echado atrás’ la Diputación en la publicación comprometida. Ellos saben, bien sabido, los tejemanejes habidos en la Diputación y sus adláteres de mi pueblo, con aquella su aviesa voluntad y malquerencia hacia mi persona] ¿Resultado? Pues que, en 2005, -tres años más tarde del Centenario-, menospreciando y saltándome alegremente la indebida, extralimitada e injusta prohibición, que nunca debió existir, por parte de varios personajes de la Diputación, -los mismos que antes se habían negado a publicarlas-, pasé yo a editarlas por mi cuenta; y entregué la edición a las Monjas.
Para editar otro libro mío -creo que es, tal vez, lo mejor y más valioso que he escrito a favor de la Venerable-, que se titula: «Aproximación histórico-literaria a la ‘Mística Ciudad de Dios’» (2010), solicité ayuda de las Monjas, porque es libro de poca venta -es más bien para especialistas, y muy valioso para la Causa-. Pero, ante la negativa personal de la Abadesa Santolaya [otros libros de otros autores, sí los hubieran publicado en el Convento], me dirigí a la Diputación.
Pero ésta se sirvió de un embrollo, por medio de una carta dirigida a alguien del Obispado, sin necesidad alguna para ello, y sólo por iniciativa propia, y por cuenta y riesgo propios. [No sabemos si en busca de pretextos para evitar así la publicación]. La realidad fue que el del Obispado –el que sea: nos imaginamos quién fue-, se sintió amigo de censurar la obra, excediéndose en sus atribuciones y derechos de censor. Dicha censura no le atañía a él, conociendo como conocía ya un ÍNDICE extenso del libro –se lo envió la misma Diputación-, en el que pudo ver que la materia escrita no caía bajo su jurisdicción. El interés “pro Venerable”, mostrado por la carta aquella de la Diputación, resultaría más bien contraproducente y de seudointerés “pro Sor María”. Basta fijarse solamente en el título del libro. Y yo tuve que editar el libro, asimismo, por mi cuenta. Por eso, dediqué el libro, con mucho gusto, a tres Obispos, que me estimaron de verdad: D. Manuel Hurtado, D. Saturnino Rubio y D. José Diéguez.
Verá, pues, Sr. Alcalde, que, en esto y en otras varias cosas más que no menciono, en lo municipal y también por parte de algún eclesiástico, en el Convento, Diputación y personas del Obispado, me he encontrado en mi vida con bastantes palos en las ruedas. Pero me quedan todavía ganas de trabajar, sobre todo por la Venerable; y sigo adelante, según las fuerzas que Dios me dé.

3º.-Y llegamos ya, Sr. Alcalde, al meollo de esta carta abierta: En mi opinión -discutible y analizable-, en el año 1602, don Diego González de Castejón (1554-1630), construye -ex novo-un palacio; y, probablemente, un jardín, acorde con los gustos de principios del siglo XVII. Pero, como advertíamos en nuestra «Historia de Ágreda», págs. 446-447, nosotros, observando el edificio del palacio, distinguíamos dos estilos o dos etapas en la construcción del inmueble de que hablamos.
El palacio de don Diego, de 1622, tiene un estilo propio, y forma una construcción primera; pero, en la actualidad, tiene otra parte añadida a ese primer edificio. Un jardín pudo existir en el primer tiempo del palacio; o tal vez pudo ser ahora -en la segunda época del palacio- cuando se crea por primera vez ese jardín. Para el caso, daría igual; y no importaría tampoco la coincidencia o no de dimensiones del jardín en una etapa u otra; ni incluso cambiaría las cosas una posible variación de gustos, en la construcción añadida. Pero parece que, tanto en un caso como en el otro, los jardines de este palacio no pudieron seguir nunca el estilo y los gustos renacentistas, sino sólo los barrocos de una época u otra. Y es que lo del Quinientos quedaba ya muy lejos, y no había ahora razones especiales para volver a aquello.
Y, como podemos observar en el estilo de la propia arquitectura de lo añadido -en la parte oriental del palacio que da al jardín-, en la gran escalera, escudos que se ven en ella y bajo la cúpula, probablemente, habría que retrasar esa segunda fase de construcción en el palacio, a después de 1798. Otra fecha -tal vez menos probable- hubiera podido ser, después de 1690.
Sin embargo, según la arquitecto Ana Luengo, en unos pocos años, se va arruinando (¡) dicho palacio, no sé por qué extrañas y falsas razones de merinas –así nos lo explicaban, en aquel verano de la inauguración del Jardín, algunas jóvenes encargadas de ello-; y es comprado por don Gil Fadrique de Castejón en 1670, que lo remoza, restaura y embellece. Sustituye el jardín renacentista primitivo por otro barroco, cuyas huellas tampoco se han encontrado en las excavaciones hechas aquí, por la sencilla razón de que uno es el palacio y jardín de don Diego -del que tratamos-, y otro distinto es el palacio y jardín de don Gil Fadrique, que estaba ubicado en El Castejón.
Mi opinión -discutible y analizable-, y los datos históricos que me han servido para crearme esta opinión mía, propia y distinta, son los siguientes:
En este afer, se está hablando aquí, naturalmente,  de un solo palacio, el de don Diego. Pero, leyendo, desinteresadamente, el artículo y los documentos en que se basa la arquitecto, y los argumentos que aporta, aunque sé que se trata sólo aquí del palacio de don Diego, yo saco la conclusión de que hay -o se está hablando- de tres palacios distintos:
a.- Hay un primer palacio, que es el de don Diego González de Castejón, que lo construye en 1602, en la zona de la Villa que está cabe la parroquia de San Miguel. Tenemos catalogados en nuestra «Historia de Ágreda», pág. 457, todos los propietarios de este palacio; y no aparece, en esa exposición nuestra, en ninguna parte, don Gil Fadrique de Castejón: y sí recogemos su nombre en otros escritos nuestros diferentes.
b.- Hay otros dos palacios más, que se ubican en la zona de la acrópolis de El Castejón. Los argumentos que Ana Luengo, utiliza y aplica al palacio de don Diego, para defender su hipótesis, corresponden a esos otros dos palacios que citamos,  que están en lugares distintos y distantes, y que nada tienen que ver con el primero, de don Diego. Señalamos, además, que la propiedad de uno de esos dos palacios es de don Gil Fadrique, ya que, ruinoso y todo, lo compra; y el otro, pertenecía a los herederos del marqués de Camarena, obispo que había sido de Tarazona, y muy amigo de la Venerable, causa por la que éste vivía en Ágreda algunos tiempos.
Parte, al menos, de este último palacio del marqués de Camarena se conserva todavía en El Castejón, y puede verse. El palacio arruinado que compró don Gil Fadrique, y que reconstruye, no existe hoy: estaría ubicado en lo que es, en la actualidad, patio y parte de los edificios de las Escuelas de El Castejón. Estos dos palacios confrontaban, “por delante con la dicha plaçuela del Castexón; y, por las espaldas, con la cerca y muro [murallas] de esta Villa, que cae a encima de el río de Arco” [es el río de la calle Arco, a la que ahora se le ha cambiado de nombre].
Según defiende la misma Ana Luengo, “la existencia del palacio comprado por don Gil Fadrique, se sabe gracias a un importante documento relativo a un pleito, entre el propio don Gil y los herederos del marqués de Camarena, por unas construcciones que éste había adosado al muro de la propiedad de aquél” (Programa de Fiestas, 2003, pág. 33). Conocemos el pleito, de la Chancillería de Valladolid, y otros documentos más sobre el caso. Y, como muestra, traemos solo unas palabras, referidas a ese mismo pleito, que registra la misma arquitecto en el Programa de Fiestas de 2003, pág. 40, nota 9. En ellas se advierte ya, que esos dos palacios, tan importantes para ella, estaban ubicados en El Castejón, y no en el palacio de junto a San Miguel. Y, por tanto, todo el montaje que carga sobre el documento del pleito y otros, cae por su base:
Y que tiene noticia de que el dicho señor don Jil, a más de los vienes de cargo de su administración, tiene y posehe en esta Villa dichas Casas Principales, con sus jardines, corrales y demás oficinas en la Plaça del Castejón desta Villa, que, compradas al marqués de Velamazán, a que está unido y agregado el cuarto de las Casas que fueron de la marquesa de Camarena, que éste, por pleito que se litigó y benció, se le aplicaron” (A.H.P. Protocolos. Soria. Nº 13149, fol. 40. Partición e inventario de bienes de don Gil de Castejón).
Pero, además, para hacernos idea de la escasa calidad de esos dos últimos jardines citados en el párrafo anterior, ¿qué jardines, tan lucidos y renacentistas, podrían florecer en la acrópolis de El Castejón, sin llegar allí el agua?
En mi opinión, mal se pueden justificar las conclusiones a que llega la arquitecto Ana Luengo, partiendo de supuestos, parece que equivocados -ojalá nos equivocáramos nosotros- en que confunde el palacio de don Diego, ubicado en San Miguel, con otro ruinoso comprado por don Gil, ubicado en El Castejón.
Por la honorabilidad, pues, y la verdad de la historia de nuestra Villa, no puede quedar así lo de un jardín renacentista -en mi opinión, parece que inventado [no recreado, sino creado «ex novo»]-, si no se me muestran más argumentos que los publicados hasta ahora, que no responden a la realidad, y que parece que son erróneos históricamente
En concreto, ¿qué es lo que convendrá hacer, Sr. Alcalde, en el caso que nos ocupa, pues la cosa no puede quedar así? De no ser que esté yo equivocado, habrán de revisarse las explicaciones que yo doy, y las que expone la arquitecto. Deberá usted comunicar con ella; y consultar, además, con sus asesores culturales del Ayuntamiento. Con el historiador Carlos de la Casa, con el jurista soriano José Miguel García Asensio: nombres que se citan en la presentación de esos estudios; y con otros especialistas.
Yo así lo he visto, y, por la verdad de la historia genuina de mi pueblo, así lo presento. Yo rectificaría con gusto, Sr. Alcalde, si se me dieran explicaciones suficientes, para demostrarme que no hay una creación «ex novo».Hágase, pues, una crítica sana y auténtica, para darle una salida digna al problema, que dirá mucho a favor del respeto que debemos a nuestras cosas del pasado.
Pensamos publicar todos estos datos ampliados -con los anexos completos de la Chancillería de Valladolid y de otros Archivos-, en «Cuadernos Agredanos», nº 15, como hicimos con Ricardo Fernández, a propósito de otro error histórico suyo grave de interpretación en un libro suyo, que no favorecía para nada a nuestra Venerable, publicado en la revista «Celtiberia», nº 97, págs. 215-247.
Ya me mantendrá informado, Sr. Alcalde. Le saluda atentamente .- Manuel Peña.









0- Mi Blog y su objetivo.-  Anteriormente, en nuestros años jóvenes y más adelante, sentíamos la cercanía de la prensa soriana, tanto en el periódico «Campo Soriano», como en «Soria-Hogar y Pueblo»; y en ella tenían acceso y cabida no muy dificil nuestros artículos, notas y colaboraciones.
Pero, ahora, nuestra prensa provincial parece se ha revestido de mayoria de edad en sus dos periódicos actuales. Se presume, además,  de independencia y de un aura total de democracia en ambos. Pero tenemos que confesar que se nos ha hecho y se nos hace más cuesta arriba acceder a sus tribunas libres.
Y, frente a las dificultades que hemos encontrado para expresarnos en sus páginas, a través de este BLOG, queremos dar salida a nuestro pesamiento y ganas de escribir con nuestros Comunicados, Notas y toda aquella temática agredana -«Agrederías»-, que convendría referir para conocimiento de nuestro pueblo y Villa y sobre la que convendría reflexionar.

1.- ¿Dónde para la escultura románica agredeña de la Virgen del Manzano, o mejor, Virgen de la Manzana? 



Hace tiempo que no vemos esta Imagen. Se hallaba encima del arco o puerta de Santiago, en la entrada misma del Castejón, por la parte de El Tirador.
Esperamos noticias de «quien le corresponda», o de quien sepa algo del paradero de esta Imagen.

2.- ¿Se ha denunciado oficialmente la desaparición de una tabla pictórica de valor, que estaba en la Ermita del Barrio?






 En los números 32 y 50 de "La Voz de Ágreda", y fechas de octubre de 1990 y septiembre de 1993 respectivamente, nosotros aletábamos y exponíamos la falta de dicho cuadro; pero, por lo visto, nadie de los que tenían responsabilidad en ello, se dio por aludido ni por enterado, para denunciar la desaparición.
El día 8 de diciembre de 1975, sobre el mediodia, se derrumbó la pared del ábside de la Ermita del Barrio, destrozándose totalmente el retablo mayor, y salvándose, milagrosa y providencialmente, la escultura de la Virgen dle Barrio, más el cuadro que representa la procesión del llamado «Milagro del Zapatero», que sufrieron poco deterioro, a pesar de haber quedado enterrados entre los escombros.
[El debilitamiento de esta zona de la Ermita se debe a haber eliminado la llamada "Casa del Zapatero", para descubrir el arco emiral de La Muela, a través de la "misión rescate", llevada a cabo por los niños de la escuela de la Villa, en que no se previó este posible riesgo].
Lamentablemente, en restaurar el gran boquete abierto en el ábside de la Ermita, se tardó 5 años. ¡Así andaba la economía del Ayuntamiento, para que se presuma ahora tanto por algunos, y se gaste tanto! Y durante ese tiempo, abierta por esa parte la Ermita, no es extraño que desapareciera ese cuadro de bastante valor. ¿Alguien lo vendió? ¿Se lo llevaron?
Durante más de un año, con gran incuria -es triste que hayan pasado estas cosas en nuestro pueblo, escombros y objetos religiosos permanecieron revueltos, y nadie se preocupó de ello. Al fín, el Ayuntamiento retiró a un lugar seguro -creo que fue al Palacio-, imágenes, cuadros y todo lo procedente de la Ermita.
¿Estaba aun, en ese momento, el cuadro que  nos ocupa? ¿Había ya desaparecido? Nosotros lo desconocemos.
Si no faltó la incuria para arreglar la Ermita, e incluso para denunciar en 1990 y 1993 la falta de ese cuadro que decimos, ¿también se pasará ahora por alto el denunciarlo por «quien le corresponda»? ¿Ya no tendremos que llamar más veces la atención de quien dependa la Ermita? Ojalá sea así.


3.- Robo de dos pequeñas esculturitas.- El año 1999, día 14 de febrero, robaron las dos imagencitas de las hornacinas laterales, a los lados del sagrario, de la capilla denominada del Carmen, ahora del Santísimo Sacramento, en la parroquia de «Los Milagros».
Dos esculturitas policromadas y de buena factura, que eran una monada y muy golosas. Por lo que podría haberse previsto de antemano su fácil y posible desaparición, al estar al alcance de las manos y sin ninguna sujeción y protección. Represntaban a San Gaudioso y San Prudencio, obispos de Tarazona, vestidos con ornamentos y atuendo episcopales.
Desconocemos si se denunció en su día esta desaparición, y si se ha sabido algo de este robo. Nosotros teníamos fotos de estas dos esculturitas, pero las habremos prestado a alguien, y no se nos han devuelto.
Tal sagrario, por su valor artístico, por su misma debilidad y poca seguridad, no es ya para tener el Santísimo, si no más bien como objeto de museo. En nuestro dias hay que tener también ojo para estas cosas, y prever, prever... Además, según indica Benedicto XVI, en nuestra iglesia, por su estructura, pega el Santísimo únicamente debajo de la Virgen en el presbiterio. Así lo explicamos en otro lugar.

4.- El «Tío Lesaca» y mis dos grandes desengaños.- En un abrigo rocoso del cañó n del río Cailes, entre los parajes de El Soto y Plazarín, el «tío Lesaca» esculpió, años ha, unos versos un tanto senequistas en la cara de una dura roca plana:
     "Por aquí pasó Lesaca
       recordando su vejez:
       en cerca de 80 años
       no vio más que desengaños"
¿No crees, querido lector, que yo, aunque con algún año menos y en este nuestro propio tiempo, podría asimismo reflejar un panoramoa y una realidad no muy diferentes de lo que planteara un día nuestro pequeño filósofo agredeño en los versos de aquella roca?

En el Año Centenario del Nacimiento de la Venerable (1602-2002), iba a publicarse una obra inédita de la Monja, como fruto de esa celebración, sin indicarse ningun otro libro.
El Comité organizador del Centenario, por medio de su Coordinador, Sr. Jiménez Zamora, me pidió que preparara yo esa edición, con una Introducción propedéutica.
Una vez realizada la obra, la Diputación pone obstáculos para su publicación. Dicen que resulta larga la Introducción, aun cuando nadie me había indicado ninguna condición, ni limitaciones de ninguna clase. Se intenta, después, por la Diputación, servirse de un hombre de paja, y hacer una especie de edición nueva como sea, para cumplir con el Comité. Pero yo requiero al Sr. Coordinador, severa y seriamente, que se notifique la Sr. Presidente de la Diputación, que si yo noto algún tipo de plagio -y es fácil pillarlo en este tipo de obras-, lo denunciaré.
Entonces, quedo con las Monjas que, de mi peculio, haré la edición de las Sabatinas, y se la entregaré a la Comunidad para su comercialización. Pero, un aviso urgente del Coordinador, Sr. Jiménez, en nombre del Comité del Centenario, me prohíbe hacer la edición, y no serenamente y dando razones; y las Monjas se echan atrás en el permiso que me habían dado.
Éste es el primer desengaño, inesperado e inexplicable. Uno de los mayores desencantos de mi vida, al ver actuaciones y la oposición y arbitrallerad de personajes del Comité, que debían buscar la gloria de la Venerable en su Centenario, y sin razones me prohíben publicar algo que yo había trabajado.
Me vi solo y abandonado de todos, seglares del Comité, Monjas y eclesiásticos. Me sentí desechado de todos, como si hubiera cometido algo malo.
Por fin, después de muchos y enormes disgustos, pagado de mi propio peculio, como se explicará en otro lugar, el año 2005 pudieron ver la luz pública las SABATINAS, tres años más tarde de lo previsto, entregándose la edición a las Monjas.
De esto, se habla más estenso en Cuadernos Agredanos, nº 7.
El segundo gran desengaño, y que todavía me dura, es el que sigue más abajo: el verme, sorprendentemente, en la "Guía Diocesana de 2005", como jubilado, sin yo saber nada, y cinco años antes de tiempo. Todavía no lo he digerido, y es difícil que ya se me olvide.

5.- Se me jubiló indebidamente cinco años antes de tiempo, sin haberlo tratado conmigo, ni haber manifestado yo voluntad de ello.- Se me privó del ejercicio de los cinco últomos años de mi sacerdocio antes de cumplir los 75 años; y se me causó hondo daño espiritual, sacerdotal y sicológico.
Consecuentemente, muchos para poder seguir saliendo en la foto con el que manda, optaron por lo suyo. Y me tuve que ver y sentir solo, muy solo, y sin ninguna solidaridad por parte de nadie -insisto-, de nadie, excepto de mi familia.
Sin ninguna respuesta y explicación ante mis requerimientos al obispado, y jubilado ya oficial y canónicamente a los 75 años, no sé cómo, ni cuándo, se ha de producir una auténtica y debida satisfacción y reparación, equipable al daño moral y sicológico recibido, y del que no creo me pueda ya rehacer.
De todo este afer, más extenso y con más detalles, se habla en Cuadernos Agredanos, nº 14, para que conste para la historia lo mucho que me ha tocado sufrir en esto últimos años de mi sacerdocio.

6.- A la Novena de la Virgen del Coro, se le ha dado la vuelta como a un calcetín. Es necesario volver a sus orígenes. Dejar las cosas como siempre fueron, ya desde la Venerable.
 La fecha de la Novena era del 8 al 17 de diciembre de cada año; y no del 27 de noviembre al 8 de diciembre. Así lo recibimos, y conviene volver a sus raíces.





No sé si la pérdida de interes en Ágreda por la Novena de la Virgen del Coro en la actualidad, se debe a los cambios llevados a cabo por los reformadores de la Novena, o por otras causas.
Lo que sí puedo decir es que no se deberían haber consentido esos cambios por las buenas, y sin explicaciones, consultas y las aprobaciones debidas; y los reformadores deberían haberse enterado antes de la historia de la Novena.
Tenemos que informar a este respecto, que esta Novena no tenía, ni tiene que ver nada con la parroquia de «Los Milagros», ni con su pastoral  y servicio parroquial. Ni tampoco con la parroquia de San Miguel, ni con sus servicios parroquiales. Tampoco fue una Novena a la Inmaculada, sino a la Imagen de la Virgen del Coro, aunque ésta sea un tipo de Inmacualda.
La Novena de la Virgen del Coro es una Novena VOTIVA a esta Imagen, que data ya de tiempos de la Venerable. Y era «votiva», por un acuerdo entre el Convento de la Concepción y de la Venerable, y el PUEBLO DE ÁGREDA;  no con las parroquias de la Villa. Ojo, pues. No se debería haber perdido este punto de vista y de origen, o, al menos, deberían haberlo aclarado antes al Pueblo los reformadores, y haber hecho una especie de referendum o consulta entre la gente, antes de cambiar nada; pero no con «ordeno y mando», por muy pastoralistas que sean esos reformadores.
¿Sabe la gente que se tiene que solicitar CADA AÑO, la salida de la Imagen del Coro a la iglesia para la Novena? Hace la solicitud cada año el AYUNTAMIENTO en nombre del Pueblo, no las parroquias.
Tambien se llevó en algún tiempo la Imagen del Coro a Tarazona en Novena, pero la Venerable lo cortó ya, por el peligro y deterioro de la Imagen. con el Pueblo de Ágreda no lo hizo, sino que se ha continuado a lo largo de la historia, tras la anual petición del Ayuntamiento a las Monjas.
Por todo lo cual, solicitamos la vuelta de la Novena a sus raíces. Y si tiene que morir y desaparecer, que lo sea en sus propias raíces. Que se vuelva a hacer la Novena como en tiempos de la Venerable. Ésa era nuestra tradición, y queremos lo nuestro, sin reformas. La Parroquia o Parroquias, para la preparación de la Inmaculada, que programen particularmente, si lo creen necesario, su pastoral propia.
Ahora, en todas partes, se está tratando de volver, en usos y costumbres de los pueblos, "a sus propias raíces". ¿Por qué se nos privó de lo nuestro y se cambió la Novena, sin haber informado antes de lo que había, a los agredeños, Ayuntamiento y Monjas?.
Pueden verse más datos en "Cuadernos Agredanos",  nº 14.

7.- El cuadro de San Jerónimo y la Diputación.- En Ágreda, antes del Hospital de San Andrés [hoy Residencia de Ancianos "Sor María de Jesús"], exixtía en ese mismo lugar y ubicación una fundación antigua, denominada «Beaterio de San Jerónimo».
Éste fue fundado en el siglo XVI por una piadosa dama agredana, doña María Garcés, viuda de don Martín Ruiz de Castejón; y su existencia se prolongó hasta la desamortización del siglo XIX. Y, posteriormente, se instalaría allí el Hospital de San Andrés.
Según la Fundadora, dicho albergue o cologio trataba de "recoger a las doncellas huerfanas de Ágreda y su Tierra para liberarlas de los peligros que su virtud pudiera correr, y prepararlas para el matrimonio".
En la Capilla de ese Beaterio, se veía, presidiendo, un cuadro de San Jerónimo, del siglo XVI; y, luego, estaba en el coro de la Capilla del Hospital, como sabe mucha gente. Cuando las obras de la Residencia de Ancianos, la Diputación Provincial recogió ese cuadro, y desconocemos su paradero actual.
En nuestra opinión, dicho cuadro debe volver a Ágreda, lugar de su procedencia.
Ya sufrimos, antes de la nueva Residencia, hace algo más de 25 años,  la demolición indiscriminada de todo el edificio existente, desapareciendo, por ejemplo, los escudos de los propietarios-fundadores del Beaterio.
Puede ver se nuestro libro "Historia y Arte de Ágreda". Compendio. Burgos 2004. Pág. 410.

8.- Palafox y la Madre Ágreda.-  Dos «Venerables» oxomenses y coetáneos: el uno, camino de su Beatificación el día 5 de mayo de 2011; y la otra, aparcada en el camino, sin que, al parecer, se preocupe nadie de ella en la actualidad, con urgencia, exclusividad y plena dedicación, en las altas esferas de Roma.



Un escrito del Presidente de la 'Comisión pro Beatificación de Palafox' -sin fecha, ni número de comunicación-, nos recomendaba una serie de libros de lectura sobre el protagonista beatificando.
Nosotros, por nuestra cuenta -un poco conocedores de la vida de los dos Venerables y sus etopeyas-, trazamos en 2001 unas líneas paralelas -sinópticas- entre ambos, que brindamos ahora a la Diócesis, para un estudio -objetivo y serio- que nos haga pensar y reflexionar sobre la vida de los dos.
Titulamos nuestro artículo: "Dos personajes coetáneos: el Virrey Palafox y la Madre Ágreda". Lo publicamos en la revista "Celtiberia", nº 95. Soria 2001. Centro de Estudios Sorianos, págs. 251-311. Creemos que se trata de un título interesante al parangonar, como en columnas paralelas, ambas personalidades.
Aunque no se cita nuestro trabajo en la "Comunicación Diocesana", sin embargo, creemos que tiene su interés, por presentar a la vez un doble efecto y sinópticamente los principales datos de la vida de ambos Venerables.
Lo que pasa es que algunos estamos, como si no existiéramos en la Diocesis, ni se reconoce y estima, al parecer, nuestra actividad histórico-literaria-pastoral, no sabemos por qué.
Y agradecemos, por ejemplo, que en todo este año palafoxiano, en la "Revista Mariana de Inodejo", la sección «Taller de Oración» se dedique a presentar varios aspectos comunes de esas dos figuras diocesanas, tomados de nuestro artículo de "Celtiberia".
Tenemos además otro artículo más particular, titulado: "El Obispo Palafox escribió un breve «Tratado de Ortografía», en 1654". Véase la revista "Celtiberia", nº 95 págs 335-382. Centro de Estudios Sorianos.

9.- ¿Conviene cambiar de Postulador y Vicepostulador, en la Causa de Beatificación de la Venerable? .- Tenemos, en primer lugar, la próxima Beatificación de Palafox el 5 de mayo de 2011, no estando, hasta hace poquísimo tiempo, más avanzada su Causa que la de la Venerable, y siendo ambas casos históricos cargados de pesados lastres antiguos.
La Beatificación de Palafox la ha encauzado y alcanzado con tesón el Postulador P. Ildefonso Moriones, Carmelita. Es un éxito suyo y de su particullar esfuerzo.






La Causa de la Venerable no se la puede dejar dormida en Roma, aguardando tranquilamente no sé qué. Tampoco el Postulador y la Orden Franciscana pueden sentir ya cansancio de tantos años en la brecha. Tal vez el Postulador General de la Orden esté cargado de trabajo, y no pueda dedicar tanto esfuerzo a las Causas históricas, que exigen más tesón, nervio y dedicación que otras Causas. Tampoco se puede tener y sentir miedo de estas Causas, por su antigüedad y complicación; y hay que seguir hincándoles el diente sin descanso y con denodado esfuerzo, como primera y principal ocupación.
Del 19 de febrero de 1999, data el último documento de Roma sobre el proceso de la Venerable. La Secretaría de Estado comunica al Postulador General, OFM, las conclusiones siguientes de la Congregación para la Fe:
"La Congregación para la Doctrina de la Fe, en su sesión ordinaria de octubre pasado, ha llegado a la conclusión de que no se puede afirmar que se hallen presentes verdaderos errores doctrinales y herejías en la MCD. Sin embargo, la presentación que se hace en dicha obra de la figura de la Madre de Dios contrasta con la que nos ofrece la Sagrada escritura, y no es compatible con la mariología desarrollada por el Vaticano II".
Y su conclusión es que: "aun reconociendo las adquisiciones realizadas, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha decidido no conceder el "nihil obstat" para la prosecución de la causa de beatificación, teniendo en cuenta que una eventual prosecución de la causa comportaría una implícita aprobación del Libro en cuestión, y una indirecta promoción suya".
Este parecer de la Congregación no deja de causar sorpresa. Si la mariología que enseña la MCD no contienen ni verdaderos errores doctrinales, ni mucho menos herejías, ¿cómo es que esa mariología no es compatible con la del Vaticano II?
Precisamente, el Carmelita P. Enrique Llamas es el que publica un estudio o ensayo, -podíamos decir- como respuesta al documento de Roma de 1999, con el título siguiente: "La Madre Ágreda y la Mariología del Vaticano II". Está ya en su 2º edición. Ed. "Arca de la Alianza". Madrid 2007. Está traducido también al ingles en EE.UU., año 2006.
El P. Julio Campos, Escolapio, agredeño, latinista e investigador, gran publicista de la Madre Ágreda, y profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca, se jubiló en 1976. Y, pocos años antes de morir -murió a los 93 años de edad, en 1999- lo propusieron como Postulador de la Beatificación de la Venerable, ya que era la persona mejor preparada en conocimientos de nuestra Paisana. Pero su edad y su delicada salud no se lo permitieron.
Después del último documento de 1999, tenía que haberse producido y existir ya alguna reacción -explicaciones, respuestas y fuertes peticiones-, por parte de la Postulación Franciscana de Roma, y haberse movido algo, dar señales de preocupación por el tema, no conformarse con el silencio actual, y pedir y más pedir la solución de este caso de Reconocimiento de la Venerable tan claro para todos sus devotos.
Entre otras Órdenes Religiosas que se han interesado por la Venerable y han estudiado con amor la MCD, y que podrían aspirar a ser Postuladores de su Causa, están los Carmelitas, Pasionistas, Benedictinos...


10.- "Arte, Devoción y Política". "La promoción de las artes en torno a Sor María de Ágreda". De Ricardo Fernández Gracia. Soria  2002.
Pág. 134.- Una noticia inédita sobre el Conde-Duque y Sor María de Ágreda.

Para ser historiador, hace falta tener ojo clínico y buena dosis de sentido histórico. No puede uno tragarse las cosas porque sí; y menos, con el escándalo que supone esa noticia inédita de arriba -completamente falsa y grave-, y que favorece las teorías de Gregorio Marañón, con perjuicio del prestigio de la Monja agredana. Sin embargo, el autor goza de un gran predicamento en Ágreda, y en la Delegación de Patrimonio Cultural de Osma-Soria.

No dar gato por liebre: Se afirma en el libro de arriba, pág. 134, lo siguiente: "En los archivos de Ágreda nada encontramos en relación con el Conde-duque. Sin embargo, sí hemos localizado un testimonio que , por venir de un hombre bien informado, vamos a transcribir por su importancia, aunque había que contrastar su contenido con otras fuentes para comprobar su veracidad, algo que no hemos podido lograr.
La noticia es, ni más ni menos, la voluntad del Conde-Duque, a fines de la década de los veinte, de llevar a Sor María para una de sus fundaciones, ante lo cual la localidad de Ágreda se revolucionó, y puso todos los medios a su alcance para que no saliese la Abadesa concepcionista".

Pero la verda verdadera -sin implicar a la Venerable con el Conde-Duque, "a fines de la década de los veinte", ni después-, es la que transcribimos aquí a continuación. Y no se trata del Conde-Duque, que sería muy grave, sino de otro personaje. La encontramos nosotros, sin ruido, en las Actas del Ayuntamiento de la Villa, y las publicamos ya en 1977, en nuestra "Biografía I de la Venerable", en la pág. 300. Cinco años, pues, antes de la «noticia inédita» y falsa de ese libro:
«26 de marzo de 1633: Don Miguel de Camargo, regidor, previene al Ayuntamiento de Ágreda, que el P. Cerain, Religioso de Cantabria, Comisario y Visitador de los conventos franciscanos de esa provincia, quiere llevarse a Sor María de Jesús, "persona de tan conoçidas prendas y virtudes", "abadesa que actualmente es y fundadora de su Convento, para que lo fuese en uno de Rentería, fundaçión y fábrica de don Joan de Isasi". "Que se hagan todas las diligencias necesarias para estorbar este proyecto. Y la Villa acordó questo se execute con toda puntualidad necesaria" (fol. 38).

Más desarrollo de toda esta materia, y del grave error que se comete aquí, lo explicamos en la revista "Celtiberia", nº 97, Soria 2003, Centro de Estudios Sorianos, págs. 215-248.
Se titula el artículo: "Acotaciones a un libro del Centenario Agredista (I)". Y todavía comentaremos más inexactitudes halladas en el libro.
[Veáse también "Cuadernos Agredanos", nº 10, p. 47]

11.- "Iconografía de Sor María de Ágreda". "Imágenes para la Mística y la Escritora, en el contexto del maravillosismo del Barroco". De Ricardo Fernández Gracia. D. L. Navarra 2003.

La táctica de este autor parece ser presentarse en el lugar que sea, antes de un Centenario u otra efeméride. Aquí, en Ágreda, antes de 2002, visitó con frecuencia a las Monjas, y debió de caerles bien: por ello, se vio premiado nada menos que con el encargo de comisario de la Exposición de la Venerable, y con la publicación de estos dos libros, que no figuraban en las previsiones del Comité del Centenario Agredista.

[Sólo se había anunciado por el Comité una sola publicación: "Las Sabatinas"; que, justamente, fue la que luego se prohibió publicar, sin aportarse razones para ello, y por sólo la omnímoda voluntad o animosidad de la cabecera del Comité]

Si este autor foráneo visitó muchas veces a las Monjas, al Capellán, que era yo, no se dignó ni saludarle. Es que sabía, que yo había publicado un elenco extenso de esculturas y cuadros de la Venerable cinco años antes; y este libro suyo no iba a suponer mucho más -excepto las imágenes- que lo que ya habíamos hecho. Pero, nosotros, por desgracia, no habíamos podido contar para nuestras publicación, con los patrocinadores que él contó.

[Ver nuestra "Biografía I de la Venerable", 2ª edic. Ágreda 2010, págs. 249-264]

Sin explicar lo del «maravillosismo del Barroco», no determina y queda sin declarar, hasta dónde se extiende y dura ese supuesto movimiento en los cuadros de la Venerable del siglo XVII, y en qué se nota y diferencia de las esculturas y cuadros posteriores.
Tampoco entendemos su firma: Falta saber quién es, en el Departamento de Arte, Universidad de Navarra.
Y, en concreto, ¿puede decirme el autor en qué se opone lo que él escribe en la pág. 209 de su libro -columna b-, a lo que nosotros expresábamos en nuestra "Biografía I de la Venerable"? ¿Es capaz el autor de distinguir, a qué grado de Perfección se refería Sor María, y en qué grado de Perfección se encontraba, cuando escribe el nº 17 de la Introducción de la MCD? Yo, no.
Me alegra, pues, que el autor foráneo sepa tanto de teoría de vida mística; y distinga hasta en pintura la "calidad de profesa en los Tres Grados de Perfección" de la Venerable, puesto que dice que no se trata de ello; a la par que me extraña, que a la pintura "de las manos", no se le pueda poner el pie de: "admisión al «Noviciado del Primer Grado de Perfección»".
Pero, bueno, al menos, la pista para la localización de esas dos fotos de Lorca, con otras varias más, parece que se la hemos facilitado nosotros.


12.- "Llena de Gracia". "Iconografía de la Inmaculada en la Diócesis de Osma-Soria". De varios autores. Soria 2005. Catálogo de la "Exposición Inmaculista", de El Burgo de Osma.
Aquí, de momento, nos referiremos sólo al Capítulo 5 del libro, y a las págs. 149-153; pero cabe señalar más desacuerdos y comentarios, cuando tengamos tiempo. Se titula: "El Monasterio de Ágreda. Significadas esculturas de la Concepción". De Ricardo Fernández Gracia. Universidad de Navarra.
El contenido de este capítulo, se repite en el libro citado arriba "Arte, Devoción y Política", p. 160 y 171; en otro libro, "La Inmaculada Concepción en Navarra", Eunsa 2004, p. 116; y en otros más.
Decíamos más arriba, que este autor foráneo había caído bien, asimismo, en la Delegación de Patrimonio Cultural de Osma-Soria.
¡Claro que en Ágreda no había nadie competente, a quien confiar hablar y escribir sobre el tema de "el Monasterio de la Concepción, y unas significadas esculturas de la Virgen" del mismo Convento; y, por eso, normal, la Delegación de Patrimonio pensó bien en este autor foráneo!
[Lástima que esté ahí un libro nuestro, "Historia y Arte de Ágreda". Compendio. Págs. 261 y 268]
Cosas así parecen sonar a consigna -cosa inverosímil- de extrañamiento al cura Peña, que se cuela en el mandato de más uno de los tres últimos prelados. Y, asimismo, parece recordarse lemas, como: «recedant vetera, nova sint omnia».
De momento, nuestro desacuerdo y diferencia, sólo se refiere aquí a las dos imágenes, que exponemos:







Y disentimos de las afirmaciones poco serias, que el autor consigna en las págs. 149-153, del citado libro "Iconografía de la Inmaculada..."
Los lectores juzgarán por sí mismos, aun a falta de documentos. Y, aparte las razones estilísticas que aducimos en nuestro libro-compendio, aquí sólo le requiriríamos al autor: ¿la escultura que él llama "napolitana" (p.149), puede ser de 1665? ¿Acaso nació el rococó en Nápoles, y ésta imagen sería una de las anteprimicias de ese estilo?
Pero, la reseña que hace del libro María de la Casa, "Celtiberia", nº 99, p. 591-592, es, a pesar de todo ello, de alabanza.
Puede verse también en "Cuadernos Agredanos", nº 14.


13.- Un reportaje sobre Ágreda, de TV CyL8 provincial. Unos días antes de la Semana Santa de este año (2011), esa emisora transmitió un reportaje sobre la Villa, que no nos satisfizo.
       Sin embargo, el 27 de abril del mismo año, unos días más tarde, vimos, no completo, y retransmitido por la misma emisora de TV, otro reportaje -la descripción histórico-artística de la iglesia de San Leonardo de Yagüe-, que fue estupendo. Imágenes de TV y guión se armonizaron, y nos dieron una visión perfecta de la parroquia de esa localidad. Dos buenos conocedores de la historia y arte del pueblo, nos hicieron gozar -aunque yo no vi más que un poco del reportaje- de las peculiaridades de esa localidad. Y en esto último, precisamente, estuvo la diferencia. Se apreciaba que conocían a fondo y al dedillo todo lo de su pueblo, con una plena conjunción entre las imágenes pausadas de TV y la palabra explicativa certera.
       Pero, en el reportaje de Ágreda, nos dio mucha pena, y sufrimos no poco, con varias cosas que tuvimos que oír, llegando a veces casi a sentir vergüenza ajena. Por una parte, se presentó una visión de la Villa demasiado optimista, con cantos idílicos al progreso, desarrollo y niveles alcanzados en el pueblo, supuestas promociones del cardo, y varios otros ditirambos de enaltecimiento subjetivo y gratuito de la Villa, sobre todo de color político.
       Pero, Ágreda, dígase lo que se diga, no es la que fue, ni ocupa lugares que no hace mucho tenía, excepto en impuestos y empleo de personal municipal: ha bajado tristemente en tantos aspectos, y tiene ahora tantas carencias, que se ha quedado por detrás de su posición en el concierto provincial. Y, para mejorar y promocionarnos, necesitamos en primer lugar, conocernos, y no engañar ni engañarnos. Y gastar menos -y en lo estrictamente municipal-, sin dejar, por ejemplo, de tener limpio el pueblo y las rejillas de los desagües.
       Y, por otra parte, apareció en la pantalla un reportaje afeado y desfigurado, al no dominarse la materia histórico-artística; y colarse errores de bulto, que extrañarían a los televidentes cultos, como los datos de los Templarios y otros más. No se estuvo a la altura debida al acervo histórico-cultural-artístico de la Villa. Y ¿qué se dirían esas personas cultas, al oír algunas afirmaciones que se dijeron? [Pasa lo mismo, viendo algunos postes-indicadores informativos de nuestras calles]. Pero, aquí -se dirían esas personas-, ¿saben siquiera los agredeños lo que tienen?
       Pasando de carnets políticos y otros particularismos, en curcunstancias y ocasiones como ésta, se ha debido de buscar siempre la verdad, y una exaltación objetiva de la Villa, sobre todo, pensando en los que entienden y disciernen. Pensamos también que, en lo histórico-artístico se hizo un repaso ligero en el reportaje. Y desconocemos si la programación del mismo la hizo TV CyT8 provincial, o en la Villa. De todas formas, con ello, ¿se han dado ya por suficientemente representados los valores de la Villa?
       Reconocemos, sin embargo, algunas cosas salvables, como, por ejemplo, de la Vera Cruz, de artesanía y otros. Pero nos extrañó la desorbitada apología que se hizo en el repotaje del Sr. Sierra y de su libro, recomendado para hacerse idea de la Venerable, cuando se desdibuja en él peligorasamente su imagen. [Es el libro de más difusión en el mundo -se dijo-, y por el que más se conoce a la Monja, traducido a más de 30 idiomas. Todo lo cual es para nosotros -y creemos que para la Venerable también y su causa de Beatificación, una mala señal]
       Y se trató, por todos los medios, de justificar, bendecir y hacer  buenas todas las cosas realizadas por el Ayuntamiento socialista en pro de la Venerable -condecoraciones, hermanamientos-, sin advertir que para la Causa de Beatificación de nuestra Paisana, no vale todo. Y aquí no es verdad que todos los caminos llevan a Roma; y menos ralizadas como francotiradores, y de espaldas a los que desde siempre y antes que ellos, vienen trabajando también por la Venerable.
       La Madre Ágreda es conocida también -pero esta vez, con una idea cabal y auténtica de la Monja-, en todo España y en otras muchas partes del mundo. Y, en nuestra tierra, es verdad también que se la conoce más, aguas abajo, en lo que era antes la diócesis de Tarazona, que en la misma provincia de Soria. Por lo que, buena ocasión hubiera podido ser ésta del reportaje, para dar a conocer debidamente a nuestra paisana; pero, en mi opinión, se desaprovechó lamentablemente la circunstancia, o fueron contraproducentes pedagógicamente las fuentes indicadas de formación.
       La Venerable no necesita fantasías, anécdotas y cuentos, medias verdades, hipótesis y subjetivismos, idealizaciones, singularizaciones, particularismos, aventuras, sino cosas bien fundamentadas, prioritarias y nítidas, objetivas, fruto de un estudio serio. Lo contrario es hacer un flaco servicio a nuestra Paisana. Para hablar como se debe de la Venerable, es necesario saber algo más que cuatro cosas.


14.- Sobre el Departamento de cultura y juventud de la Diputacion de Soria. Vean qué carta recibí de ese 'Departamento de Cultura', a propósito de la solicitud y petición de publicación en esa Institucuón de un libro mío. En otro lugar, hablaremos de cómo, por fin, se financió esta obra de 652 págnias, o sea, de mi peculio.
       A varios escritos míos, dirigidos a la Diputación con esa finalidad, retrasos, insistencias mías, llegó, por fin, la carta siguiente:

       "Soria, 29 de marzo de 2010.- Con respecto a la publicación de su libro «Aproximación histórico-literaria a la Mística Ciudad de Dios», de la Madre Ágreda, le comunicamos que la Comisión de Cultura y Juventud solicitó al Obispado un informe sobre la oportunidad de su publicación, por la situación actual de la Causa de Beatificación de Sor María.
       Para emitir el informe enviamos el Índice del libro que aportó en su solicitud de edición; pero nos han pedido el texto para su estudio. Por ello, le rogamos que nos haga llegar el libro completo y, desde aquí, lo remitiremos al obispado".

       Fíjense bien los lectores. La Diputación -o sus puritanos encargados de las publicaciones- se atreven a cargarme a mí con una obligación más que a todo cuidadano soriano que solicita la edición de un libro. Por ser sacerdote. me obligan a que me someta a una censura que no me obliga: tan buenos inquisidores y observadores son. Por favor, léanse los Cánones 823 y 824 del Derecho Canónico.
       ¿Qué les importa en la Diputación, si soy sacerdote o no? ¿De qué saben que soy sacerdote, si yo no les hago mención de ello, porque no tiene ninguna relación con el tema presentado? Que ellos vean simplemente, si el libro cumple las condiciones de interés soriano o no: esto es lo único que interesa. ¿Por qué tienen que enviar al obispado el "Índice de mi libro", que ellos mismos me habían exigido para su publicación? ¿Acaso no tienen ellos suficiente criterio para juzgarlo ya? o ¿es que, bajo esas excusas, se escondían otras posibles intenciones?
       ¿Acaso mi libro toca temas de fe, moral y costumbres, para contar con la censura episcopal? Si efectivamente han leído el Índice, habrán podido comprobar por sí mismos que no se contempla esa temática. Y ¿acaso es la Diputación de Soria la guardiana y veladora de los procesos de ortodoxia para con la Monja soriana? Entonces, ¿por qué se me exige a mí algo que no se les pide a los demás escritores sorianos, sean seglares o sacerdotes, cuando presentan libros para su publicación? Juzguen, pues, estos políticos, por los criterios que tengan para sus publicaciones, y no por otras cosas, que ni les van ni les vienen.
       Pero estamos seguros de que nuestro libro se acomoda y cumple todos los requisitos exigidos para una edición soriana por parte de la Diputación. ¿Acaso en sus condiciones y requisitos provinciales para las publicaciones, se contempla aparte el caso particular de un escritor-sacerdote, que toque temas no estrictametne religiosos?
       Y vengamos a más razones. Señores de la Sección de Cultura de la Diputación de Soria, mucho me alegra que estén ustedes tan proclives a defender la pronta Beatificación de la Madre Ágreda, y que no quieran prestarse en sus ediciones a ningún entorpecimiento de su Causa. Pero, acaso un estudio histórico-literario de la MCD -más o menos bueno o como sea, cuando apenas se ha hecho ningún otro que sepamos; y hace falta que se hagan más trabajos en este sentido-, si es verdadero, estricto, científico, ¿puede no ser oportuno para la Beatificación de la santa Monja de Ágreda? Pues, ¡estamos listos!
       Se necesitan más obras y estudios en este sentido, para ir redescubriendo su figura literaria e histórica, supuesta su vida en santidad. Pero, ¿qué otro tipo de Monja podrían temer que presentásemos en esta obra, estos celosísimos y prudentísimos defensores de la Venerable? Y malo sería, además, si hubiera algo que ocultar o temer en Sor María de Jesús. Pocas personas se podrán encontrar en la historia tan amigas y amantes de la verdad en su vida como ella, pues su vida fue y es toda verdad, como destaco yo siempre en ella. ¿Acaso se creen que, con esas prevenciones de los de Cultura, defienden  más a la Venerable, y prestan un mejor servicio a su Beatificación, que nosotros con nuestro estudio?
       Además, y por si acaso no lo saben, estoy galardonado con el premio «Pluma de Oro de Sor María de Jesús». Y a la fuerte personalidad de la Monja, no le hacen falta esas prevenciones -como por si acaso-, cuando el estudio venga de nuestra parte -que ciertamente será serio y trabajado-, como lo tengo ya acreditado, visto mi curriculum.
       Desafortunada frase, pues, la del redactor de la Carta de arriba -que habla de "la oportunidad de la publicación del libro, por la situación actual de la Causa de Beatificación de Sor María"-, que manifiesta un poco la voz, el pensamiento y la ignorancia de lo que se respira en ese Departamento de Cultura, respecto del proceso de la Monja y de los contenidos de mi libro. No sabemos qué entenderán ellos en aquello de "por la situación actual de la Causa". Mucho deben de saber.
       No debería presumir; pero, con esta clase de personas, me obligan, como a San Pablo (2 Cor 12,6), a hablar de lo que no debiera, andando como andaban -parece- buscando pretextos para la no publicación de mi libro, por las razones particulares que ellos deben de tener sobre mi persona. Si habían leído ya el Índice -bastante extenso, por cierto-, y se habían enterado de sus contendidos, ¿cómo podían dudar de "la opotunidad de su publicación", para la Beatificación? ¿En qué podían comprometerla estos estudios míos? Me suelo regir por la lógica.
       Y si ese mismo Índice se envió al Obispado, ¿tampoco se dan cuenta allí de que a los contenidos de este libro no le afectan los Cánones citados? Se trata en él sólo de empezar a reivindicar toda una serie de valores humanos, que hay que reconocer en la fuerte personalidad de esta Monja. ¿Por qué, pues, a alguien del Obispado -no sabemos de quién se trata-, se le ocurre pedir a la Diputación la obra mía íntegra para su estudio?
       Nos alegraría, además, de que en las Oficinas de El Burgo de Osma existiese personal especialista en esos estudios históricos-literarios de esa obra concreta de la Monja. Pero, sin presunción, lo dudamos, por ser escasos o nulos aun fuera de la provincia; y por tratarse aquí solamente de ir despertando, entre los historiadores y literatos españoles actuales, especialmente, este tipo de nuevos estudios, como en el caso de Santa Teresa, pero de la gran figura de nuestra Paisana.
       Considerándonos indebidamente sometidos a unos exámenes del libro, no pertinentes a esa jurisdicción eclesiástica, por contemplar en él sólo valores humanos de un personaje soriano -que da la casualidad que además es santo-, renunciamos a entregar el original del mismo; y, por ello, se nos denogó, sin más explicaciones, la publicación de la obra, por parte de la Diputación Provincial. Por lo que remitimos este mismo escrito de Internet, al Excmo. Sr. Presidente de la Diputación de Soria, para su conocimiento, aunque dudamos por experiencia de que sirva para algo.
       Y vemos aquí repetido un nuevo caso de lo que ya nos ocurrió en 2002, también con el mismo Departamento de Cultura de la Diputación de Soria, en el Año Centenario Agredista de la Venerable: sin explicaciones también, se nos denegó primero la edición de las "Sabatinas" -y, hasta se nos prohibío (¡), después, incluso el publicarlas por nuestra cuenta-, por parte de ese mismo Departamento Cultural soriano. Y eso, que era la única publicación programada oficialmente por el Comité del Centenario. [Ver próximo Cuadernos Agredanos, nº 7 ]
       También ahora como entonces, en el obispado se cayó en la trampa: fiáronse más de las poderosas gentes de esos Departamentos, que de un pobre cura desamparado; o tal vez, aquí, ambos se han engañado mutuamente.
       Pero, yo sigo contento y satisfecho con mi estudio -casi único y pionero-, que favorece a la Venerable en facetas poco contempladas hasta ahora.


15.- Precisiones a un artículo de la "Revista de Soria". En la "Revista de Soria", nº 67, invierno de 2009, pág. 77, se publicaba un artículo, titulado "Un Mapa topográfico del término de Ólvega del siglo XVIII". Firmado por E. Pérez Sanz, C. Sáenz Sanz, y J. Alcolea Martínez.
       El original de dicho Mapa publicado, no se encuentra en el Convento de las Monjas Agustinas de Ágreda, sino en el de las Concepcionistas. Se define como "mapa topográfico del término de Ólvega", y no se precisa que arranca o parte de la Villa de Ágreda, como kilómetro o legua cero. Precisamente, parece lo más probable que fuera un Religioso Franciscano de esta Villa, el que lo confeccionara en su tiempo, aunque aparezca en la Concepción, en cuyo archivo lo encontramos nosotros.
       Y parece también poder precisarse más la fecha de confección, o sea, ser anterior a la Exclaustración de sus Frailes (cf. "Cuadernos Agredanos", nº 1, p. 132). Pero dudamos de que se pueda identificar tanto sobre el castillo de Borobia, cuando se ve coronado -parece- por símbolo religioso.
       Esta vez, entre la "Referencias Bibliográficas", se cita nuestro libro de Ólvega; pero, en general, suelen ser bastante constantes las omisiones que sufrimos. De todas maneras, sobre este mismo Mapa, puede verse un articulito nuestro en "Caudernos Agredanos", nº 3, p. 29, titulado "Un Mapa con varios Despoblados", del año 2002.


16.- Javier Sierra fue declarado por los socialistas «Hijo Adoptivo de la Villa». Sólo Pilar Ruiz, del PP, se opuso valientemente y con documentadas razones que no se las lleva el viento a tal designación. Traemos aquí el documento brillante de oposición de esta Concejala, al que se hizo oidos sordos el otro Partido, señal de entender poco del tema, o empecinarse en su idea. Yo me adhiero totalmente a ese alegato de Dª Pilar, «ad perpetuam rei memoriam». Y lamento que hayan colocado tan bajo el listón en la designación de 'Hijos Adoptivos de Ágreda'.

     Las palabras tienen valor por lo que significan y por lo que con ellas se quiere expresar. Adoptar significa tomar a alguien como hijo. Hijo Adoptivo es una distinción que una Corporación concede a alguien no nacido en su ámbito, es el máximo honor que un pueblo puede otorgar. Con él se reconoce a una persona unos méritos excepcionales, se estrecha lazos de sentimientos con una persona que sin serlo, en el caso de Ágreda, se siente agredeño, se distinguen en ella esos sentimientos que le hacen querer a Ágreda, su cultura y sus gentes de una manera especial y trabajar por ello, proclamarlo y defenderlo allá por donde vaya.
     Este título, Hijo Adoptivo, es el que va a otorgar el Ayuntamiento de Ágreda al escritor Javier Sierra. Los méritos que figuran en el expediente instruido por el Ayuntamiento de Ágreda y que avalan su nombramiento son los siguientes: 1. Ser el autor de la novela La Dama Azúl, "cuya trama gira en torno a los procesos de bilocación y la historia de Sor María de Jesús" 2. Esa novela supone "El arranque de la difusión mundial de la figura de la religiosa agredeña". La difusión de su novela "conlleva que el nombre de Ágreda y de Sor María esté presente en 28 países" 3. "La obra reivindica, tras siglos de olvido o poca atención pública, el vínculo de Ágreda con las antiguas misiones franciscanas" 4. Javier Sierra "apoya" incondicionalmente el Hermanamiento entre la Villa de Ágreda y el Estado de Nuevo México.
     No es el momento ni el lugar para hacer valoraciones de la obra del escritor Javier Sierra, máxime cuando para recibir el nombramiento de Hijo Adoptivo no se estima como un hecho relevante. Sin embargo sí se debe considerar el tratamiento que en la novela "La Dama Azul", otorga a Sor María de Jesús. En la trama convergen los fenómenos de "bilocación", "cronovisión" -un extraño proyecto para obtener imágenes del pasado- y los "espías psiquicos", un experimento de los Servicios de Inteligencia Norteamericanos para que personas capaces de salir fuera de su cuerpo se pudieran proyectar en otro lugar.
     Todos los que hayan leído la novela podrán constatar que no reflejan la "verdadera" historia de Sor María de Jesús, únicamente trata, de manera somera y superficial, un aspecto de su personalidad, el "fenómeno" de la bilocación. La personalidad de Sor María de Jesús es de una riqueza incomparable, monja, escritora, mística, evangelizadora en América por el don de la bilocación, promotora de las artes, constructora de un convento, consejera de reyes y nobles, benefactora de pobres y humildes, en palabras de Doña Emilia Pardo Bazan "una mujer de las que rara vez producen los siglos".
     La novela " la Dama Azul", proporciona una visión pacata y sesgada de la Venerable. Le roba el don sobrenatural de la bilocación para convertirlo en un simple fenómeno que se intenta explicar desde otros puntos de vista. El verdadero valor de las bilocaciones de Sor María de Jesús es precisamente el que se le niega en la novela, un don divino sobrenatural, expresión de su riqueza espiritual interior. Un don reconocido por la Iglesia, en el que creen todos los devotos de Sor María, que no es tema tabú, porque forma parte inseparable de su personalidad. Un don plasmado estéticamente, desde hace muchos siglos, con la imagen de Son María evangelizando a los indios. Es tal la naturalidad con la que se vive que lo primero que perciben los ojos de cualquier persona que se acerque al locutorio de las hermanas concepcionistas en Ágreda es un grabado realizado en Roma en 1761, difundido por muchas partes del mundo, colocado en muchas casas de Ágreda.
     Sé que es una novela y, por tanto ficción, pero precisamente esa novela, la Dama Azul, y esa ficción sirven para esgrimir unos méritos que pretenden hacer al escritor acreedor del honor que le otorga un pueblo.
     Segundo mérito. Esa novela supone "El arranque de la difusión mundial de la figura de la religiosa agredeña"
     Sor María de Jesús de Ágreda, ya en vida, era conocida, respetada y admirada en España, Europa y América. Reyes, nobles y prelados se acercaron a visitarla al Convento de Ágreda. Tras su muerte y hasta el día de hoy han sido numerosas las personalidades que movidos por la devoción o la fuerza arrolladora de la Madre Ágreda han acudido hasta ella. Por citar algunos mencionaremos a la reina Dª María Luisa de Saboya, esposa de Felipe V, el rey Carlos II, el aventurero Jacobo Casanova, el escritor Melchor Garpar de Jovellanos. En nuestro tiempo Dª Margarita de Borbón, Duquesa de Soria, el Cardenal Suquía, Presidente de la Conferencia Episcopal Española, Don Francisco Vázquez, Embajador Español cerca de la Santa Sede o el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Monseñor Amato.

     Estudios sobre Sor María de escritores como los académicos Carmen Conde, Luis Suárez, Carlos Seco son conocidos internacionalemente. Universidades como la de Lovaina en Bélgica, la Sorbona en Francia, las de Columbia, Kansas o Wisconsin en Estados Unidos (por citar algunas) han realizado estudios y seminarios sobre la Madre Ágreda.
     Son numerosos los congresos, tesis doctorales, artículos y libros sobre Sor María llevados a cabo por profesores universitarios, investigadores o comunicadores en todo el mundo. La página web http://www.mariadeagreda.org/ reseña unos doscientos sesenta. En el Catálogo de la Exposición Bibliográfica sobre Sor María que se celebró en Soria en 1965, Pérez Rioja recogió una selección de 82 libros y ensayos.
     Citar a todos los estudiosos de la Venerable en tan corto espacio es del todo imposible, pero no puedo resistir, con la absoluta confianza de que el resto sabrán disculparme, nombrar a cinco de ellos que han hecho de sus vidad y de sus escritos entrega total a Sor María, D. Manuel Peña Garcia, el P. Gaspar Calvo, El P. Antonio María Artola y los Vicepostuladores, ya fallecidos, el P. Ciriaco Rupérez y el P. Ángel Martinez Moñux.
     Millones de personas llenaron las salas de cine para ver la película de la "Pasión" de Mel Gibson basada en parte en la Mística Ciudad de Dios.
     Cartas, testimonios, siguen llegando al Convento desde hace siglos de todas las partes del planeta, EE.UU., Italia, Suiza, Camerún, Miami, Ecuador, Brasil, Alemania, Colombia, Argentina, Canadá, Líbano, Francia, Filipinas, Guatemala o Hawai, entre otros muchos lugares.
     La estampa de la Venerable con la oración por su beatificación, ha sido traducida al francés, italiano, alemán, inglés, holandés, portugués, polaco, árabe y ruso.
     El boletín "La Venerable Madre María de Jesús de Ágreda" que editan las Madres Concepcionistas, comenzado en 1988, por D. Manuel Peña, se difunde además de por toda la geografía española, por América y lugares donde se da la presencia concepcionista o franciscana.

     A pesar de la atracción personal que ha suscitado Sor María de Jesús, su verdadera proyección mundial la supone su propia obra "Mística Ciudad de Dios", traducida a más de 22 idiomas, tales como inglés, francés, japonés, holandés, alemán, hebreo, tamil, árabe, portuqués, italiano, flamenco, latín, polaco, griego, croata, (actualmente se está preparando una edición en coreano) etc, y que va ya casi por las doscientas ediciones.

     Tercer mérito. "La obra reivindica, tras siglos de olvido o poca atención pública, el vínculo de Ágreda con las antiguas misiones franciscanas"

     La relación de la Venerable con los Territorios en los que desarrolló su labor misionera fue una constante durante su vida, lazos que se han mantenido vivos hasta el día de hoy y que han dado numerosos frutos espirituales e intelectuales.
     El arte ha dejado su impronta durante siglos. Arte americano llegado al Convento, iconografía de Sor María presente en América, ambos temas han sido estudiados por el Profesor de la Universidad de Navarra Ricardo Fernández Gracia.
     En el Museo de la Venerable, desde que se inauguró en 1965, todas las piezas de arte relacionadas con tierras americanas están perfectamente colocadas y contextualizadas. En la exposición de las Edades del Hombre celebrada en Zamora en 2001, cuadros y tallas referentes a Sor María formaron parte del capítulo Mar por medio: Evangelizadores.
     Con motivo de la celebración del IV Centenario del nacimiento de Sor María de Jesús, la Exposición conmemorativa recogió importantes piezas de Arte Novohispano llegadas desde América al Convento de la Concepción; la reseña sobre la presencia actual de Sor María en América tuvo su propio apartado.
     La flor oficial de Texas, el bonete azul, está relacionada con una tradición sobre la presencia de Sor María de Jesús entre los indígenas.
     El tema ha sido tratado por los biógrafos de Sor María, ha sido objeto de estudios religiosos e históricos, como los del profesor Borges de la Universidad Complutense de Madrid.
     Curiosamente una chispa de esperanza para la reanudación de la Causa no vino de España sino de la región americana evangelizada por Madre Ágreda, protagonizada en 1954 por un grupo de seglares encabezados por James A. Carrico. Su entusiasmo contagió al entonces postulador de la Causa e hizo que peregrinara hasta Ágreda el arzobispo de Santa Fe Mons. Edwin B. Byrne. Un paso notable a este entusiasmo de los devotos americanos fue la tramitación del 'nihil obstat' para la traducción inglesa de la Mística Ciudad de Dios.
    En 1958 fue fundada en Nuevo Méjico la Sociedad de Nuestra Señora de la Santísima Trinidad por el padre James Flanagan que diseñó la misión de esta Sociedad después de haber leído la Mística Ciudad de Dios. Actualmente, esta Sociedad desarrolla su labor religiosa en obras apostólicas, centros educativos, universidades, centros de espiritualidad y misiones en México, Belice, Guatemala, Haití, Puerto Rico, Gales, Inglaterra, Italia, Filipinas, China, Tailandia, Papua - Nueva Guinea y EE.UU., donde tiene una presencia especial entre los nativos americanos.
     Numerosos estudiosos americanos han centrado sus investigaciones en la obra y vida de Sor
María de Jesús. Clark Colahan, profesor de literatura en Walla (Washington) publicó diversos, estudios en 1966, 1988 y 1990 sobre la relación de Sor María con Nuevo Méjico, su presencia histórica y actual en esos territorios. El resumen de una ponencia presentada por él en el Congreso Internacional de la Orden Concepcionista celebrado en León en 1990 (Revista "Celtiberia" nº 83) recoge datos interesantes que reflejan la presencia viva de Sor María en Nuevo Méjico (extraordinariamente trabajados por Mª Teresa Álvarez en el programa de Televisión Española "Mujeres en la Historia" que sobre Sor María realizó en 1993). La universidad de Kentucky trató en sus conferencias anuales de los años 2000 y 2001, diversos aspectos de la vida de Sor María; en 2001 la Universidad de Tejas publicó un libro sobre los exploradores y colonizadores españoles en Tejas, en el que aparece la Venerable.

     El escritor y comunicador italiano Vittorio Messori propuso hace unos años a la Venerable como patrona del estado de Tejas.
     Actualmente el mayor fruto de esta relación secular con Ámerica es precisamente que las dos novicias que hay en el Convento de La Concepción de Ágreda proceden de esas tierras.

     Si hay que reconocer un mérito a Javier Sierra no es el de "apoyar incondicionalmente el Hermanamiento de Ágreda con Nuevo México", sino el de ser el que "ideó" este hermanamiento y habérselo propuesto al Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Ágreda en junio de 2008. Durante los más de cuatro meses en los que se estuvo gestando el Hermanamiento, el Equipo de Gobierno obvió citar a Javier Sierra ni como promotor ni como parte involucrada en el mismo. El día 27 de Noviembre de 2008, justamente la víspera del viaje del Grupo Socialista a Nuevo México para la firma del Hermanamiento, en el pleno en que se llevó el tema para ser considerado, fue el Grupo Popular el que hizo público reconocimiento del protagonismo de Javier Sierra. Es más al acto del Hermanamiento en Nuevo México no acudió invitado por el Ayuntamiento, lo hizo a título particular.
     Esta iniciativa de Javier Sierra hay que valorarla y reconocerla en su justa medida, pero no es el momento adecuado. Es demasiado pronto para estimar la repercusión del Hermanamiento, del que todavía no se ha recogido ningún fruto. En el reconocimiento a las personas no se puede pasar de nada al todo, en la mesura está la virtud.

     No tengo nada contra Javier Sierra, espero que así lo entienda, pero tampoco puedo dejar de lado mis convicciones. No puedo ni debo apoyar su nombramiento como Hijo Adoptivo de Ágreda.
     No puedo ir en contra de lo que muchos agredeños han defendido durante 344 años, el valor integral de la persona de Sor María, la lucha por el reconocimiento de su Santidad, la defensa de su causa de Beatificación.
     No puedo ir en contra de muchos devotos de Sor María, en especial de aquéllos que cada 24 de mes se reúnen para rezar por su Causa de Beatificación, personas sencillas que mantienen vivo el fervor y la consideración de las virtudes de Sor María.
     No puedo ocasionar un agravio a muchas personas, algunas de ellas de Ágreda, que sigilosamente han dedicado toda la vida y su obra a dar a conocer Ágreda y Sor María de Jesús.
     No puedo obviar la labor desarrollada por los americanos en Tierras Americanas.
     No puedo atribuir a nadie la universalidad de la Venerable alcanzada por méritos propios.
     No puedo traicionar la esencia de Sor María para apreciar lo aparente, por mucho que el poder mediático intente moldear a su gusto el valor que hemos dado durante siglos a su vida y su obra.
     Mi postura es la defensa de unos principios que han movido el sentir de mi pueblo durante siglos hacia Sor María de Jesús de Ágreda, la más grande de sus Hijos. - Fdo: Pilar Ruiz.





No hay comentarios:

Publicar un comentario